Reseña de Liliana Gioia.
“Las primas” libro ficción, de Aurora Venturini, podría inscribirse dentro de la llamada poética del realismo sucio, escatológico, brutal. Escrito con notoria sencillez, sensorialidad y economía, nos acerca a universos familiares cotidianos, poblados de personajes monstruosos que son hablados por el prejuicio y la ignorancia de una época y sus contextos.
Estructurado en base a relatos breves, ya en el primer escueto capítulo, la narradora niña, señala que el “mundo es inmundo” y con contundencia, recrea las “inmundicias” del mundo y la ignorancia y crueldad de sus componentes, que enuncian sentencias tales como “la mestruación es una inmoralidad”, “el saber entra con el puntero de la madre maestra o las bofetadas de las tías”, “amenazas de la madre con llevar a sus hijas al cotolengo” por considerarlas con capitio diminutio o con deformaciones físicas o cognitivas”.
Pese a tanta brutalidad e ignorancia exaltada, y tal vez porque toda exageración promueve risa, se cuela el humor, un humor negro, en la mirada de la niña narradora, que repite los prejuicios pero también, produce lúcidas observaciones, que le permiten escapar de ellos o rebelarse.
Libro para leer sin parar y cuando se para, los universos abordados te acompañan y piden ser acompañados por tu lectura.
En síntesis: comenzar a leer Las primas, es condenarte a seguir leyéndolo, pero como todo libro apasionante, también te salva.
Y por último: Las primas, me vincula al siguiente interrogante: ¿es la familia de origen y los sucesos de la infancia, el destino de la persona? En casi todas las primas, se da ese determinismo, no en el caso de la narradora, que puede construirse, con esfuerzo, con deseo, otro camino que sustentado en su pasión por el arte, logra zafar de horribles designios familiares.
Título: Las primas.
Autor: Aurora Venturini.
Editorial: Mondadori, Buenos Aires, 2011.
Páginas: 192.